"La Maredeueta", copla compuesta por Manuel Penella, con letra de José Santoja e interpretada por Concha Piquer. Censurada por la Iglesia Católica, prohibida durante el franquismo. No soy muy conocedora de la Canción española, pero unas cuantas piezas me ponen los pelos de punta por las historias profundamente desgarradoras y transgresoras que cuentan. Pienso que es un género que hay que reconquistar o, al menos, volver a escuchar intentando librarse de los prejuicios por asociaciones de cariz ideológico.
Cuando leo críticas a Concha Piquer por facha, intransigente y soberbia, intuyo ceguera. Concha Piquer triunfó en Nueva York, se entregó completamente a su profesión, por la que sentía verdadero amor. Nunca negó que le gustaba ganar dinero con lo que hacía, actitud que no me parece en absoluto reprobable. Tampoco abusó de la falsa humildad para granjearse admiración bastarda. Se dice mucho que era un icono de la dictadura. Pero ella no eligió la dictadura, la dictadura se apropió de su figura. La cantante y actriz no bajó la cabeza ante el caudillo e incluso, por lo que cuentan algunas anécdotas que tal vez sean simples bulos, le desplantó en varias ocasiones. Cuando veo sus fotos, sus entrevistas, leo su trayectoria y declaraciones y escucho las canciones que se atrevía a cantar, no puedo pensar sino en una mujer fuerte y segura de sí misma, que se abrió camino en unas circunstancias sumamente tensas y complicadas, primero en el extranjero y después en una España partida y descoyuntada por los efectos de la guerra. Se le acusó de ser la causante de la denuncia y exilio de Miguel Molina por "rojo", a raíz de lo que incluso le llegaron a intentar prohibir la entrada en México, pero esta acusación que tanto daño le hizo fue desmentida posteriormente por el propio Miguel Molina.
Todo el mundo tiene luces y sombras. Las personas brillantes con un carácter disciplinado y fuerte que alcanzan cierto éxito, sin importar el género, están rodeadas de alabanzas y malas lenguas; hay múltiples ejemplos masculinos y femeninos de ello. No obstante, en determinados contextos, parece que si se trata de un hombre, las cualidades que se suelen destacar primero son la capacidad de liderazgo, la dureza y la entereza, con sus pequeños y pasables "defectillos" colaterales. Si se trata de una mujer, lo primero a poner de manifiesto es el mal genio, la intransigencia y la soberbia, lo que no quiere decir que unos pecados laven otros ni que calificar a una mujer de intransigente cuando efectivamente se comporta así sea motivo para recibir el tan poco excluyente carnet de cuñado. Pero lo cierto es que tradicionalmente a la mujer se le ha exigido ser sentimental y maternal; al hombre ser guía y abrir el camino. Cuando una mujer hace lo último sin caer en un comportamiento complaciente, sólo puede ser puta y mala. En este caso, puta, mala y facha. Aunque, si lo fuera, poco importaría a la hora de valorar lo que ha quedado de ella.
Por lo dicho anteriormente, Concha Piquer me parece un personaje complejo e interesante. En cuanto a "La Maredeueta", es una canción con estrofa en castellano y estribillo en valenciano que habla de un escultor enamorado de una mujer con la que tiene una aventura. Tras un encuentro pasional, el escultor, inspirado por su nueva musa, realiza la escultura de la Virgen de los Desamparados reflejando en ella la efigie de su amada. Pero su amada le traiciona pronto y el escultor enamorado pierde los papeles durante la procesión de la Virgen, insultando y blasfemando contra la estatua y finalmente pidiéndole piedad por su situación. Me encanta la progresión de la narración y el hecho de que el estribillo esté en valenciano aumenta la intensidad dramática. El escultor no puede expresar su adoración sino a través de la lengua materna, que siempre es el idioma de los sentimientos y las emociones profundas. También me parece muy potente la imagen del escultor arremetiendo contra su propia creación, sin importar el estatus religioso del que goza, pero finalmente rindiéndose ante la belleza que ha creado. La pulsión carnal de lo divino y lo artístico es uno de los grandes logros de esta canción.
Era un huerto alegre cuajado de flores
En la vega hermosa que el Turia acaricia Era un nido eterno, de los ruiseñores Jardín encantado de toda delicia Allí en la barraca nació Visanteta Que a las mismas flores envidia les daba Y allí cierta noche, dió cita indiscreta A un humilde artista que fiel la adoraba Y ante los encantos de musa tan bella Fue la amante de ella el pobre escultor Que esclavo del arte, en su alma sentía Así le decía, temblando de amor Xiqueta, xiqueta meua jo ta imatge vull copiar Seràs la Maredeueta La Maredeueta, més volguda i boniqueta que es venera en el altar Bajo el emparrado de la barraqueta Una bella imagen labró entre las flores, Y copiando el rostro, de su Visanteta Modeló un conjunto de gracias y amores
De sus brujas manos surgió la escultura Con calor de vida que su arte le daba Y fue aquella imagen de amor y ternura La sagrada Virgen que el pueblo adoraba
Y por vez primera, cubierta de flores La gloriosa Virgen salió en procesión Y al verle las mozas, su cara de cielo De todas las bocas, salió esta canción Mireu a la Visanteta, més igual No pot estar, ella és la Maredeueta La maredeueta, més volguda i boniqueta Que es venera en el altar Todo en la barraca, cantaba y reía Feliz el artista amó a Visanteta Pero ella por otro en aciago dia Huyó para siempre de su Barraqueta
El quedó tan triste que aquel mismo año Al salir su Virgen en la procesión Recordando al verla, su cruel desengaño Quiso destrozarla, gritando "traición!" Se paró la gente, cesaron los cantos Insultó a la Virgen en su frenesí Más pronto, rendido, vencido, humillado Cayó arrodillado, diciéndole así Oh Santa Maredeueta, No me faces desgraciat Torna'm la meua xiqueta La meua xiqueta Que té la teua careta Mare des desamparats.