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Entrevista a Alex Laudanum, bailarina de tribal fusion

Hoy traigo a la sección de entrevistas de Quills a una bailarina y maestra de danza tribal fusion a la que admiro especialmente.

https://www.youtube.com/watch?v=ksrZeH49EBI

Hemos sido compañeras de clase con Chandra Wegner, hemos compartido escenario en el espectáculo de Sybiliam "Los sueños de Ariadna" y la he visto crecer como bailarina, maestra y emprendedora. Alex Laudanum, solista, maestra, cofundadora de Fuga Daemonum y colaboradora del grupo musical de pagan folk Cuélebre, arroja algo de luz sobre esta danza tan poco conocida por el gran público y nos habla sobre sus proyectos y trayectoria.


  • Cuando a la gente le hablas de danza tribal o danza tribal fusión, normalmente imaginan danzas africanas. La danza tribal fusión (la oveja negra de la danza oriental) es la gran desconocida del público, tiene muchas ramificaciones y está en constante expansión y movimiento. Sé que es complicado sintetizar algo así, pero, ¿podrías explicar brevemente cuáles son sus fundamentos, de dónde viene y hacia dónde crees que va?

Esa es la madre de todas las preguntas. Sintetizando mucho muchísimo, tanto que casi me da hasta vergüenza, podríamos decir que esta disciplina tiene sus orígenes sobre los años 60 en Estados Unidos de mano de Jamila Salimpour, quien tenía conocimiento de distintas disciplinas. Comenzó a ponerlas en orden y a darles un nombre, creando así un vocabulario base. Se fundamenta en danzas folclóricas de Egipto, Argelia, Marruecos... Principalmente se bailaba en lo que hoy conocemos como mercados medievales y de ahí surge la necesidad de comunicarse entre bailarinas, realizando señas para poder entenderse durante las actuaciones, con lo que aquí tendríamos los primeros vestigios del ATS (American Tribal Style). Jamila tuvo dos estudiantes muy importantes Masha Archer (quien entre otras muchas cosas desarrolló el concepto de tribu) y Carolena Nericcio quien fundó las Fat Chance Bellydance y con ello el ATS más reconocido por todo el mundo, a día de hoy registrado y siendo un formato con un vocabulario muy cuidado y universal. Después de todo esto, nace lo que conocemos a día de hoy como Tribal Fusión, fruto de las inquietudes artísticas de cada una, comenzando por Jill Parker, pasando por Rachel Brice, Zoe Jakes, Unmata... y un larguísimo etc de bailarinas que han marcado un antes y un después en esta danza. Lo más característico de estas disciplinas son las disociaciones musculares, vibraciones, patrones de brazos, movimientos de cadera... Actualmente, tenemos en España dos personas que saben mucho de la historia del Tribal como lo son Alicia López y Mat Jacob, saben mil veces más que yo y seguro que despejan muchas dudas si alguien se anima a preguntarlas. En cuanto a dónde creo que van... ¡Fua! ¡Y a dónde no! Al fin y al cabo es una expresión artística, y cada bailarina aportará algo de su estilo propio y de sus inquietudes, lo que hará que evolucione hasta derroteros que ni yo misma soy capaz de vaticinar. Bien es cierto que esto genera otra inquietud muy grande en la comunidad, pues al ser fusión y tener esa libertad de mezclar y fusionar, a veces es sencillo perder los lindes y las ramas de tribal más experimentales nos hacen preguntarnos...¿Pero es tribal o no es tribal? Creo que es algo que se definirá con el tiempo, con el diálogo y sobre todo con el trabajo duro y la disciplina.


  • ¿Por qué elegiste la danza tribal fusión como principal vía de expresión? ¿Qué es la danza para ti?

Diría que más bien me escogió a mí. Llevo bailando toda la vida: ballet, flamenco, folclore, Gym jazz, funky, hip hop... Siempre tuve pendiente en mi lista la danza oriental, veía vídeos y creía que sería capaz de bailarlo más o menos. En el momento en el que económicamente me lo pude permitir, asistí a mi primera clase allá hace 8 años y desde entonces ha sido un no parar. De ahí derivé al Tribal gracias a mi compi de batallas Amparo de Mêditerrans, pues fue ella quién me lo dio a conocer. Tribal Fusión porque engloba todo lo que me gusta, puedo mantener la técnica básica y fusionar con urbanas, con vogue, hacer mis locuras de gótico... es una disciplina versátil y agradecida que engloba tantas ramas de expresión que, para mí, es de las más completas que hay. La danza para mí es eso, una forma de expresión, es una catarsis. Es luchar contra tus imposibilidades, contra tus límites, evolucionar, aprender, caer, corregir... Te hace a ti misma, te ayuda a descubrirte en cada pieza que compones y por si todo esto fuera poco, cuando la llevas a un escenario, haces arte. Un arte que sale de dentro, de las entrañas, es un poema en movimiento. Es perfecto.


  • En estos momentos eres bailarina en el grupo español de Pagan-Folk Cuélebre. Este año habéis estado haciendo gira por Europa (Alemania, Holanda y Bélgica) ¿Cómo ha sido la experiencia?

Bueno, realmente no soy su bailarina oficial ni mucho menos. De vez en cuando colaboramos juntos, a veces por necesidad y otras por ganas de querer compartir el momento. Realmente de lo que yo me encargo es el del backoffice, redes sociales, promoción, diseño de merch junto con D'Atrezzo, stock y venta. Amén de todos los papeles de madre que hago para que mis queridos niños de Cuélebre estén bien atendidos ¡Y no les falte de nada! La gira ha sido (y es) estupenda. Es muy reconfortante ver que en Europa una escena emergente como el pagan folk se valora y confían en tu trabajo tanto como para llevarte hasta allí. Es de las experiencias más bonitas y geniales que he vivido pues conoces muchos artistas, muchos estilos diferentes, haces amigos, te encuentras a ti mismo saliendo de situaciones que crees imposibles... es un constante aprendizaje personal y profesional. Repetiría sin duda.


  • Háblame un poco de Fuga Daemonum, un proyecto con las bailarinas Deyanira y Magnetique que siempre ha impresionado al público por su originalidad, su afán constante de renovación y su fuerza escénica. Yo, personalmente, estoy enamorada de vuestras coreografías y vuestra estética.

Fuga Daemonum es un proyecto súper especial. Ha sido el primer proyecto artístico que he hecho en mi vida, con muy buenos resultados y además con mis dos buenas amigas Deyanira y Magnetique. Crear y ensayar nunca ha sido tan divertido, la verdad. Todo esto surgió porque compartíamos inquietudes y ganas en los tiempos de la escuela dirigida por Chandra Wegner. Primero hicimos viajes juntas, después quedábamos para practicar y al ver que la cosa fluía lo llevamos más allá. Estuvimos un año entero trabajando en nuestra primera pieza y se siente como si sólo hubieran sido dos días. Siempre apostamos por una dirección muy visual y de técnica sencilla por la dificultad que suponía conciliar vida personal, trabajos, tiempo libre... no queríamos ser avariciosas y hacer ostentación de una técnica que no sabíamos si íbamos a poder clavar por la falta de tiempo. Además siempre hemos querido contar historias a través de nuestra danza, de modo que todos estos ingredientes hacer de Fuga el cocktail que es. A día de hoy estamos en inactivo pero la troupé no está disuelta y nunca paramos de maquinar cosas entre nosotras. Supongo que andamos a la espera del momento adecuado para resurgir de nuestras cenizas.


  • Como solista, ¿qué líneas estás investigando ahora? ¿Hacia dónde tienes pensado avanzar?

Como solita soy un batiburrillo de ideas que nunca sé dónde van a ir a parar. Tengo claro que mi línea es lo que yo llamo Pagan Fusion, un poco para ubicarme a mí misma con mis pensamientos. Es un estilo muy de tierra, de raíz, de pulsiones, de pathos, de ritual... Es una mezcla, quizá un poco avariciosa, entre el gótico más oscuro y toda la escena pagan folk en la que llevo sumergida desde hace casi diez años. Sin embargo, adoro el movimiento más orgánico, el trabajo y la actitud del Vogue, la improvisación y la técnica. Así que con todo esto, trato de trabajar cada vez que me puedo permitir hacer un entrenamiento más allá de preparar las clases. Quizá en la próxima vez que tenga la oportunidad de hacer un solo ¡podamos ver en qué deriva todo esto! Que no lo sé ni yo.


  • Las bailarinas que se dedican a la creación coreográfica tienen formas distintas de enfocar y desarrollar el proceso creativo. ¿Cómo es el tuyo? ¿Qué es lo que te resulta más fácil? ¿Y lo más difícil?

Mucho me temo que estoy lejos de llamarme a mí misma coreógrafa. Sin embargo sí tengo unas bases teóricas en cuanto a la composición, quizá muy personales. Principalmente la canción tiene que moverme por dentro pues si no hay emoción me resulta realmente complicado componer algo. Normalmente esa pieza que escojo me cuenta algo o me levanta determinadas emociones que plasmo en la coreografía. Depende mucho de mi estado emocional, a veces me ayuda estructurar la canción, o ir dando pinceladas hasta que tengo un esquema que puedo ir mejorando a medida que doy pasadas a la coreografía. Sinceramente nada de esto me parece fácil, quizá podría llamar “fácil” a improvisarlo sin más. Trabajar la canción, estudiar dónde están determinados golpes en la música que quiero marcar y dejarme llevar. Claro que, me gustaría matizar que no es en absoluto sencillo hacer una buena improvisación, es una de las cosas más complicadas que hay.


  • ¿Qué consejos le darías a una principiante? ¿Qué es lo que, como maestra, intentas transmitir a tus alumnas?

Que tengan ganas, que no sean presuntuosas, que estén dispuestas a caerse y a levantarse, a frustrarse, a reírse de los propios errores, a trabajar duro y sobre todo a amar lo que hacen. Que pregunten, que practiquen, que investiguen... En definitiva ¡Que lo vivan! La danza da cosas preciosas pero hay que estar dispuesto, hay que tener la mente abierta, salir siempre de la zona de confort y ser paciente pues no se aprende en dos días y requiere mucha entrega y disciplina. Sin embargo, la recompensa es inmensa.


  • ¿Cuáles son tus referentes a la hora de crear?

Lamia Barbara, Violet Scrap, Caterina Grimani, Piny Orchidaceae, Illan Rievere, Lady Vamp, Idhun, April Rose, Haza, Mat Jacob, Silvia Manequeen..... Es una lista interminable.


  • Para ir concluyendo, ¿qué proyectos futuros tienes entre manos?

¡¡Bueno bueno!! Un montón. Por lo pronto y siendo realistas, me gustaría mucho reactivar mi plataforma de apoyo al artista “Arts Goetia” la cual llevo con Mytra. Muy probablemente habrá edición 2018. También me gustaría darle un lavado de cara a Fuga Daemonum y comenzar a trabajar juntas de nuevo poquito a poco. Como novedad, me ronda mucho por la cabeza crear una troupe de variedades con la que poder viajar aquí y allá ofreciendo un espectáculo visual y atrevido, por lo pronto ya tiene nombre y se llamará VodEvil. ¡Y hasta aquí puedo decir! Aparte de esto, me encantaría darte las gracias por atreverte a preguntarme cosas, siempre es genial.


  • Gracias a ti por darle color a Quills con esta danza tan interesante. La última pregunta. Como maestra y bailarina profesional de fusión, ¿cuáles han sido o son las mayores dificultades a las que te tienes que enfrentar?

Posiblemente al intrusismo laboral y aunque suene vulgar al “ninguneo” y a los egos. Me explico que esto dicho así suena terrible. El Tribal Fusión es una danza muy joven, no tiene unas bases bien establecidas como puede ser el ballet clásico. Esto a veces genera una falsa creencia de que es una disciplina sencilla o que no necesita de según qué cosas (técnica, condición física, conocimientos anatómicos...) para ser impartida. Si eres una persona con cierta facilidad para el aprendizaje, y notas no tener que hacer mucho esfuerzo para aprender es fácil caer en el error de que por saber hacer, ya puedes enseñar. Algo que no me imagino es una persona impartiendo clases de ballet clásico con un año de clase como alumno, cosa que en danzas como el tribal y el oriental, sí que pasan. Esto genera una cantidad bestial de profesorado, del cual hay mucha gente que no está preparada, eso deriva en mucha competencia, mucha oferta y poca demanda, y en precios mal ajustados que entre los porcentajes que se quedan las escuelas o el alquiler de las propias aulas se convierte en una pesadilla. El “ninguneo” deriva un poco de todo esto. Si nuestra comunidad no es fuerte ni disciplinada, cuando tratas de vender tu trabajo por lo que realmente vale, al haber tantos baremos de precios, al final siempre se perpetua lo barato cuando esto no significa que vaya a ser mejor. Los trabajos que se presentan (Mercados Medievales, Bodas, eventos del Ayuntamiento, colaboraciones con bandas de música, etc) no son de calidad y eso no ayuda a reforzar nuestra imagen. Además de esto, al ser un tipo de danza muy poco conocido, si le sumas a una mala promo el hecho de que bailamos con un sujetador y una falda, es sencillo dar a entender que tu trabajo no es serio: por desconocimiento y por mala praxis esto genera desvalorización y que no se tomen en serio tu trabajo y tu esfuerzo. Es un tema complicado, podría hablar durante horas de esto...


  • Y podríamos seguir hablando durante horas de la danza tribal fusion, así que tal vez podemos aplazarlo para una segunda ronda. Por el momento, os dejo unos cuantos enlaces para que sigáis de cerca el maravilloso trabajo de Alex Laudanum.


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