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Aventura del estreno de "Reservoir Cats". Bucarest.

"Reservoir Cats", comedia negra escrita por mí junto a Ricard Reguant, se estrenó el cuatro de marzo de este año en Bucarest, dirigida por Ricard Reguant y producida por Mihaela Stanca.


Día 1:


Es miércoles. Quedan apenas tres días para el estreno. Llego por la noche y tengo los nervios de punta. Durante el viaje de cuatro horas en avión terminé de leer "Lo bello y lo triste" de Kawabata. La lectura me dejó encantada. No hacía un hallazgo semejante desde Nothomb, Tanizaki, Dufaux o Maupassant. El universo de Kawabata me ha dejado deslumbrada por la crueldad y dureza que hay tras su delicadeza. Sus personajes son seres heridos de gravedad por recuerdos. Hay perversión, amor y una amarga resignación en ellos. Las relaciones que establece son complejas, intensas, pasionales y maduras. Kawabata utiliza la nostalgia como lubricante para la narración. La convierte en algo bello y triste, para luego transformar lo bello y lo triste en una venganza que trasciende la relación entre alumna y maestra. En otro momento hablaré de esta novela. También llevaba en el bolso "El día en que Nietzsche lloró". Agradezco ahora haber elegido a Kawabata para dar inicio a mi aventura. Hay una pareja de españoles a mi lado que discute sobre si hay algo peor en una relación de pareja que fingir un orgasmo. Pienso que se pueden decir un par de cosas peores: fingir un suicidio o fingir que te ríes de un chiste cuando no te hace gracia. Fingir la risa ante alguien que pretende ser gracioso y no lo consigue es un indicativo efectivo de que el sujeto en cuestión inspira temor o pena.

Llego tarde al hotel, hacia las doce de la noche. Durante el camino, Alin, el chico que me ha venido a recoger, y su novia (cuyo nombre ahora lamentablemente no recuerdo), me hablan del cine en Bucarest y del festival de cine de Transilvania, por el cuál me entra mucha curiosidad. Les hablo de que ya había estado en Bucarest antes, pero que no había tenido oportunidad de ver nada porque aún estaba en el vientre de mi madre. Ella estaba embarazada de cuatro meses, cuando visitó con mi padre Rumanía; Ceausescu aún vivía, aunque le quedaba poco, y el país estaba destrozado.

Ya en el hotel tardo más de tres horas en dormirme.


Día 2:


Desayuno con Ricard y nos dirigimos al ensayo. Llegamos al lugar en el que se va a estrenar "Reservoir Cats". Se trata de un cine/teatro con seiscientas localidades aproximadamente. Me parece muy bonita la idea de que se vaya a estrenar una obra con tantas referencias cinematográficas en un cine. Me presentan a las actrices y veo por primera vez "Reservoir Cats" representada. Llevo impreso el texto en español para ir siguiéndolo, pero eso no me hace perder ni un ápice de atención al trabajo de las actrices. Me parecen impresionantes, llenas de fuerza e inteligencia, así como la dirección de Ricard Reguant. Ricard me explica que ellas están encantadas con la forma tan directa de afrontar el texto y el dinamismo en la actuación. Allí están más acostumbrados al método Stanislavski, cuyo proceso es mucho más lento y cerebral (lo cuál no significa que se vaya a obtener un mejor resultado) y las actrices no se creían que la obra pudiera montarse, tras lecturas y estudio previo, en sólo cuatro semanas. Conozco por primera vez en persona a Mihaela Stanca, productora de la obra, una mujer llena de energía y decisión, emprendedora nata que no duda en innovar y arriesgar en un terreno encorsetado y mutilado por el lobby del teatro público como es el de Rumanía. También me presentan a Marius Stanca, marido de Mihaela, productor asociado.


Hacemos un parón para comer con Cata, la encantadora mujer de Ricard, en un restaurante en el que sirven comida tradicional rumana. Bucarest me resulta pequeño y acogedor, a ratos bello y a ratos horrible. Los contrastes de los edificios comunistas con las construcciones ortodoxas son muy llamativos. También entro por primera vez en una iglesia ortodoxa y me encandilan sus pinturas murales.

Volvemos al teatro. Observo el montaje del escenario, diseñado por Bogdan Amarfi, y luces. Hablo con el asistente de dirección, Víctor, un chico mejicano de mi edad que realiza estudios de actor y quiere ser director. Tiene una conversación amable e interesante. También grabamos las voces que se lanzarán para el transmisor con el que hablan las actrices durante la actuación. El actor que las graba es Andrei Duban, muy conocido en Rumanía. Apenas es necesario repetir tomas. Su contundencia y precisión son admirables. Por la tarde/noche tiene lugar, tras resolver algunos asuntos, el ensayo técnico. Ricard para varias veces para dar indicaciones técnicas y actorales. Es un privilegio verle en acción. Sus indicaciones son sencillas, directas y recurre con eficacia a la expresión corporal para darse a entender. Nunca le he visto hacer discursos banales y bobos sobre "las profundidades más recónditas de la psique del personaje", que, a mi juicio, más que para dejarle claro al actor lo que tiene que hacer, sirve para envanecer al director y reafirmarle en una postura impostada de superioridad frente al texto y al mismo actor.


Día 3:


Queda sólo un día para el estreno. Facu, mi pareja, ha llegado. Aprovechamos que tengo la mañana libre para visitar el Museo Nacional de Arte medieval y moderno, ubicado en el antiguo Palacio Real. Pensábamos hacer una visita rápida, pero la cantidad de cuadros y el estilo bizantino nos dejan anclados ahí más de tres horas, sin tener la oportunidad de ver todo. La figura de la virgen me atrae mucho estéticamente y ahí tengo la oportunidad de recrearme un buen rato con ella. La mitología cristiana me parece bella e interesante, he tomado varios de sus elementos para construir algunas de mis historias, y percibir las diferencias de la imaginería ortodoxa respecto a la católica resulta muy estimulante. Tomamos decenas de fotografías de los detalles que más nos llaman la atención. Las representaciones de la dormición de la virgen me parecen maravillosas. Mientras que para el catolicismo la virgen es ascendida a los Cielos en cuerpo y alma, sin ningún intermediario, según el cristianismo ortodoxo, María es dormida y ascendida a los Cielos por su hijo. En varias de estas escenas se presenta a Cristo con un bebé en brazos, ante su madre dormida. El bebé vendría a ser el alma de María. María trae la divinidad a la tierra y Jesús lleva la tierra al Cielo. Lo mortal alumbra a lo inmortal en la Tierra y lo inmortal alumbra a lo mortal en el Cielo.


Tampoco falta el momento impío de localización de "memes" graciosos. Tras el museo caminamos por la ciudad, intentamos visitar la que fue la "Casa del Pueblo" durante el infame régimen de Ceausescu, ahora el Palacio del Parlamento, pero está cerrada a causa de unas protestas recientes. Bebemos cerveza y comemos en Caru'cu Bere, la cervecería más antigua de Bucarest, fundada en 1879 por los hermanos Mircea; un placer para la vista y el gusto.

A la tarde volvemos al teatro para ser partícipes de los ensayos y los preparativos finales. Por la noche tomamos algo Gianluca, actor y productor italiano y Claudia, actriz italiana que está trabajando en la traducción del texto de "Reservoir Cats". Facu y yo volvemos al hotel paseando y nuestro sentido de la orientación es tan pésimo debido al cansancio que nos perdemos. Una hora después llegamos a nuestro destino. El turismo de los que se pierden es una forma encantadora de entrar en contacto con una ciudad desconocida. Vagar es descubrir y descubrirse. Al menos durante los primeros veinte minutos. Diez si estás al límite de tus fuerzas.



Día del estreno:


Apenas he podido dormir. Me levanto con nervios. Desayunamos y vuelvo a la habitación para intentar recuperar algún tiempo más de sueño. Lo consigo parcialmente. Luego de vuelta al teatro. De camino, hay un mercado bastante amplio, con un pequeño escenario para conciertos debido a la celebración de la llegada primavera: Mărțișorul. El mercado está plagado de objetos artesanales, dulces, mieles. Todo puesto que se precie tiene en venta unos pequeños objetos decorativos con cordeles blancos y rojos, los mărţişoare, que son regalados a las mujeres para augurar bienestar y fortuna. Se cree que esta tradición se remonta a la época romana. Hay una variedad increíble, la mayoría de ellos representan distintos tipos de flores. En uno de los puestos doy con uno en forma de gato y ante la mirada extrañada de la vendedora, que no entiende inglés, intento preguntarle con gestos si tiene más gatos. Ella me invita a que hurgue entre todos los mărţişoare que hay. La búsqueda es ardua, pero conseguimos rescatar diez: seis para las actrices, uno para Mihaela, otro para Cata, otro que Facu me regala a mí y el último para mi amiga Sara.



Entre unas cosas y otras llegan las ocho de la tarde. Hay ocupadas quinientas localidades. Yo estoy sentada en una fila intermedia, con Javier, antiguo compañero en los cursos de teatro musical de Ricard Reguant, ahora actor y productor, su hijo, Facu y Cata. "Reservoir Cats" es comedia negra. Escuchar a la gente riendo es el único modo de saber si funciona o no. Vivo estos momentos como en un trance. Recuerdo que sentí que todo pasaba muy rápido y, a pesar de que ya había visto varios ensayos previos, fue como si la viera por primera vez. En el teatro todo está muy vivo. Siempre me ha generado algo de tensión que alguien lea o vea algo que he escrito. Con las críticas individuales me he encontrado de todo, sinceridad (afortunadamente para lo bueno y lo malo), falsedad, intentos de agradar, de ofender, de adular... Pero quinientas personas no pueden ponerse de acuerdo al mismo tiempo para reírse... o no hacerlo. Fingir un orgasmo colectivo no procede, mucho menos cuando se tiene ningún vínculo con las personas que han puesto en marcha la obra y que están arriesgando por ella. Por otro lado, el tipo de humor también genera dudas sobre cuál va a ser la reacción del público. Víctor me comentó que en Rumanía la sociedad, pese a que su apertura cada vez es mayor, es bastante cerrada en relación a ciertos temas. Las mujeres de Reservoir Cats dicen muchos tacos, hay violencia, relaciones lésbicas y un discurso muy liberal en cuanto a las elecciones sexuales. Las actrices lo interpretan con dureza y elegancia, sin caer nunca en lo burdo, pero puede resultar chocante para algunas mentalidades tradicionalistas.

Me viene a la cabeza cuando, siendo pequeñas, mi amiga Alejandra, su hermana Miriam y yo hacíamos larguísimas obras de teatro en vídeo y se las hacíamos tragar a nuestros pacientes padres, que sonreían ante nuestros extenuantes esfuerzos dramáticos por complacerles. En el fondo sabíamos que siempre contaríamos con su aprobación. Es muy grande el contraste entre esa sensación de absoluta seguridad y el vértigo que sentí al ver por primera vez representada ante el público "Reservoir Cats".

El teatro está vivo, es la arena. Las seis actrices están sencillamente maravillosas. Gratiela Duban, Andreea Samson, Andreea Mateiu, Ioana Barbu, Ada Gales, Smaranda Caragea actuaron con fuerza, complicidad y magnetismo, convirtiendo a "Reservoir Cats" en algo mucho más grande. Empiezo a escuchar las primeras risas del público y mi ansiedad remite.

La obra termina. La gente ríe y aplaude. Cuando Ricard y Mihaela se dirigen al escenario, me uno tímidamente a ellos y ya saludando junto a las actrices mi felicidad y sentimiento de gratitud no pueden ser mayores. Bravo a todo el equipo de Reservoir Cats. Bravo al público.

Adiós, Bucarest. Estoy segura de que volveré a verte. Ahora, si la Fortuna lo permite, nos esperan Roma y Madrid.

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